Publicado por diario Río Negro
Aproximar certezas para el futuro desde mejores comprensiones del presente.
Esto que parece una frase de autoayuda es un buen dato para sacudir cierta modorra intelectual y aguijonear las neuronas de la curiosidad. Quienes son militantes, quienes siguen la política, deben despertar a dudas. Es natural y tiene lógica que vayamos aprendiendo nuevas realidades en un mundo vertiginoso.
Veamos el tema del comercio internacional dentro de los marcos de acuerdos de libre comercio, e intentemos comprender si tienen en sí mismos condiciones negativas o dependen de quiénes y cómo lo implementen y, más que nada, si sirven para un país como el nuestro.
Me sorprendió una noticia que comparto y vuelco algunas ideas. Este 2022 marca el comienzo de un tratado de Libre Comercio que es el más grande del planeta. Incluye a los países del ASEAN- Sudeste asiático más las tres grandes potencias del noreste de Asia, nada menos que Corea del Sur, Japón y China y también Australia y Nueva Zelanda. Destaco que en ASEAN está Vietnam y entre otros Indonesia, Laos, Singapur, Brunei y Tailandia. De todo como en botica: desde socialismos a liberales ortodoxos y monarquías tipo Sandokan.
Producen el 30% del PBI mundial, reúnen 2.300 millones de personas y casi el 30% de todo el comercio global.
¿Cómo reaccionaran los mercados de países chicos y medios ante la relación comercial casi sin aranceles con las potencias? ¿Cómo manejarán sus “cuotas” de socialismo Vietnam y China ante las “cuotas” del liberalismo japonés y coreano? Destaco que se plantean, en 20 años, eliminar el 90% de aranceles y cuotas
¿O existe la perspectiva común de potenciar las cadenas de valor regional, aun en la disparidad de sus países, ante las globales? Interrogantes que no frenaron este modelo de integración regional. Eso es lo importante.
Mucho más que palabras augurando relaciones mucho “más fraternas” que se evaporan en la historia.
Estos países no quieren “ir al cine juntos” o aplaudir los mismos signos políticos sino aumentar y mejorar sus condiciones económicas mediante un tipo de comercio. Lo que ellos llaman “libre” y que tal vez no lo sea tanto. Y que esa acción redunde en mejor calidad de vida para su gente.
Y, dato clave, incluye cuestiones de propiedad intelectual. Riesgo para China.
Pero pensar que Vietnam, aquel glorioso país vencedor de la mayor potencia del mundo, la Nación de Nguyen Van Giap y Ho Chi Minh es ingenuo, es no conocer Vietnam.
Y creer que la China, hoy segunda potencia mundial en casi todo y primera en lo que queda del “casi”, da un paso sin saber qué ocurrirá con los diez mil siguientes, es no conocer a China.
Son interrogantes que se me presentan ya que he sido siempre contrario a los tratados de libre comercio que reúnen países de distinta magnitud y poder.
Son dudas, curiosidades. Pero en cierta forma pueden abrir la cabeza.
Se me ocurre que, siendo Japón, y, sobre todo, Corea la voz y algo más de EE.UU. en esa región que Vietnam se siente en la misma mesa del comercio con libertades arancelarias nos dice algo.
¿Si criticamos éstos es porque nos creemos mejores antiimperialistas que ellos? ¿Vale el antiimperialismo sepia de los 70 para entender como debe ubicarse hoy nuestra Nación?
O los conceptos de centralidad y periferia y dominación y globalidad, e incluso la idea de “imperio”, recorra caminos más novedosos y complejos.