Responde Osvaldo Nemirovsci
Edad en 1974: 24 años
Militancia: Juventud Universitaria Peronista – Capital Federal – UBA/Derecho
¿Cómo recordás los meses previos al acto del 1 de mayo? En cuanto a clima político, visión sobre Perón, cuestiones de seguridad.
-Varias sensaciones. Todavía sin haber dejado de lado la calma política construida desde fines de 1972 y aumentada desde marzo de 1973. La legalidad era asumida con naturalidad cotidiana. Existían temores en virtud del accionar de sectores de la llamada “derecha peronista” y un constante monitoreo de cada palabra del general Perón que pudiera modificar situaciones de fuerza internas. Todavía existía confianza en que cierto reacomodamiento del gobierno y del peronismo aseguraría mejores condiciones para nuestra incidencia en el conjunto. La falta de debate serio en nuestra estructura de militancia ponía algún desconocimiento sobre la realidad política nacional. Las consignas le ganaban a la certeza. Recuerdo plantear esto en alguna ocasión, sin mucha fuerza de mi parte y sin ninguna respuesta positiva de mayores niveles de conducción.
¿Cómo recordás los días inmediatamente anteriores al acto? ¿Discutieron si ir o no? ¿Con quiénes?
– No recuerdo posiciones que alentaran la no concurrencia. Sí se habló mucho de cómo ir y que hacer. Sobre todo, en que momento gritar las consignas, básicamente el “que pasa general”. La idea fue que no se podía interrumpir a Perón y, por lo tanto, como dijo un enviado de la conducción a las charlas de la militancia “Bueno, en algún momento Perón tiene que respirar, ahí cuando corta sus palabras nos metemos nosotros”.
A ciertas reuniones de cuadros de conducción de la JUP llegaron miembros de Montoneros para establecer las pautas de concurrencia. En alguna participó Mendizábal, creo que en la Facultad de Arquitectura/UBA.
Hubo mucho trabajo en la organización, en la logística (sobre todo en la Facultad de Derecho donde se estableció la central de recepción de compañeros de otras facultades y del interior). Preparación de miles de sándwiches en el bar de la Facultad y armado de carteles que pudieran luego tener intercambiadas las letras para que reflejen a que organizaciones pertenecían. Como la policía iba a impedir el ingreso con banderas y pancartas que no fueran con los colores argentinos y leyendas inocuas, se buscó en alardes imaginativos textos de tipo neutro (Patria – Argentina – Perón – Justicialismo – y algunos nombres de localidades) y cuyas letras, autoadhesivas, luego se usaron para que se convirtieran en JP –JUP- Montoneros.
El 1° de mayo
¿Cuándo comenzaron los preparativos para llegar a la plaza?
-No recuerdo bien. Probablemente desde el día anterior ya estábamos en la Fac. de Derecho. Cuidando detalles de organizar las columnas, seguridad, por donde ir, como entrar y por donde regresar.
¿Te acordás cómo estaba el clima –meteorológicamente hablando?
– No. Pero no recuerdo ni lluvia ni frio ni detalles significativos.
¿Cómo te movilizaste para la Plaza? ¿Fuiste encolumnado? ¿Dónde concentraron?
– Fui como parte de las columnas de la JUP.
¿Recordás controles e incidentes durante la marcha a la Plaza?
– No, no creo haya habido inconvenientes hasta llegar a la Plaza. Éramos miles, muchos en serio y todo era bastante alegre. Había, para alguna cierta sensación de que esta presencia y lo que le cantáramos a Perón iba a modificar la relación de fuerzas internas del peronismo. Teníamos una seguridad (ingenua y desmedida) en que se volvía a los que suponíamos eran cabildos abiertos de los años 1946/55 en donde el pueblo en la plaza marcaba ciertos rumbos que luego Perón tomaba. Visto hoy era una fantasía absoluta.
¿Qué recordás de la Plaza en sí? (Ubicación, columnas, incidentes, sectores, personajes, cánticos, si se llevaron comida o no, etc.).
– No llevamos comida. Quedó en la Fac. de Derecho, sobre todo para que los que venían del interior se la lleven al regreso (eran sándwiches). Entramos a la Plaza mostrando banderas argentinas y había cordones de la Policía Federal que palpaban de armas, con mucha rapidez y poca efectividad. Nos ubicamos a la izquierda, mirando de frente el lugar donde hablaría el general. A nuestro lado, sin nada que separe una nutrida presencia de militantes de Guardia de Hierro. Algunos que nos pusimos en ese borde nos conocíamos con varios de ellos y acordamos una suerte de no hacer despelote entre nosotros. O sea, no pegarnos o algo peor.
No se pudo cumplir, al comenzar el “conflicto”, nos agarramos mal, hubo palazos y piñas y algún arma blanca, pero no pasó a mayores, y fuimos superiores en número y eficacia en la pelea y logramos que se fueran.
¿Cómo desconcentraron?
Fue bastante caótico. Corrían versiones de todo tipo. Que Framini pedía que nos quedemos. Que la orden era irse. Algunos, yo entre ellos, gritábamos con cierta histeria “se rompe el Movimiento, se rompe el Movimiento” pero nos íbamos igual. Salimos pasando por la Catedral y me quedé con un grupo de aprox 30 compañeros saliendo con más lentitud para garantizar que se vayan yendo nuestros militantes. En una tarea similar, lo vi a Carlos Caride casi cara a cara con grupos de defensa y de “ofensa” de la UOM y otros sindicatos que patoteaban a quienes se iban. Estimo que la presencia de un histórico y respetado como Caride (y cierta consideración que aún sus enemigos y adversarios le tenían) evitó males muy mayores.
¿Recordás el viaje de vuelta?
– Una vez fuera de la Plaza no recuerdo por donde volvíamos, caminando hasta la Fac de Derecho y éramos 4 ó 5 donde había uno al menos de la UES, un compañero de la JUP y otros que eran del interior. Estábamos conmocionados, tristes, aturdidos, confundidos. El compañero de JUP (luego un destacado dirigente en tiempos posteriores a 2003, ya lamentablemente fallecido) iba inventando consignas que me cantaba en voz baja. Recuerdo que con la música del programa de TV “Sábados Circulares, aquel de Mancera, este compañero había creado “hágalo circular, hágalo circular, nosotros los trajimos, nosotros lo vamos a rajar” en referencia a Perón. Eso que era una simple consigna producto de la calentura del momento, hoy la analizo como un dato cierto sobre la creencia que teníamos de nuestro poder y fuerza. En verdad, y aun participando en forma extraordinaria en el Luche y Vuelve, nosotros no lo habíamos traído y en ese momento no podíamos rajar a nadie. (claro, eso lo pienso hoy)
¿Cómo evaluaron ese 1 de mayo?
– Hubo análisis que centraban en lo cuantitativo (al irnos de la Plaza se cantaba “es el pueblo que se va”) y eso se trasladó a algunas evaluaciones poniendo énfasis en que se había retirado los ¾ partes de la Plaza, cuestión numérica que puede ser. Otros plantearon la necesidad de buscar un canal de acercamiento con el general Perón. Pero la mayoría creo tomó ese día como un punto clave en la ruptura del peronismo y fortaleció las posiciones menos “justicialistas” y moderadas de la Tendencia.
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